Los vivillos de la web
Todos
los que nos dedicamos a capturar imágenes sabemos perfectamente que una vez subidas a la web,
esas fotografías dejan de ser nuestras. Es decir, nadie nos va a quitar la
propiedad intelectual de las mismas, pero es imposible evitar que las
descarguen y utilicen luego para todo tipo de menesteres.
También
sabemos que es muy difícil enterarse si una foto nuestra fue utilizada por
alguien o fue a parar a algún sitio web. El mundo virtual es infinito. La puede bajar desde un yuppie que vive
en New York, hasta un pastor que habita en las praderas de Mongolia.
Dentro de este amplio espectro de gente que “toma prestadas” nuestras obras, se puede decir que hay dos
categorías: la de aquellos que les dan un destino más o menos doméstico (info
para sus viajes, muros de fb, fondos de pantalla, etc), y la de los pícaros que, sin avisar, las utilizan con fines comerciales. Los primeros no
incurrirían en ningún delito grave; los segundos estarían violando los derechos de autor y cagándose en una
palabrita de cinco letras llamada “ética”.
¿A qué voy con todo esto? Días
atrás estaba buscando información sobre el Sur de Chile y, entre ese mosaico de imágenes que ofrece Google, me encontré con
una foto que me resultaba demasiado familiar: una ruta tomada a bordo
de un auto (la Carretera Austral), y un espejo retrovisor en primer plano que
reflejaba una cabellera conocida (no la mía, jeje). Efectivamente se trataba de
una foto de mi autoría, a la cual le habían recortado mi firma.
Me fui directo hacia el link en cuestión y allí estaba mi foto rutera, encabezando una sección del sitio web de un operador
turístico chileno llamado Geoturismo Patagonia (http://www.geoturismopatagonia.cl/WPGP/recorriendo-carretera-austral/). Como esta empresa también tiene presencia en facebook, me di una vueltita por
allí y, oh casualidad, mi imagen aparecía un par de veces más y con mi firma
también circuncidada (https://www.facebook.com/geoturismopatagonia/). Intuyendo que la cosa no terminaba ahí, continué con la pesquisa y tuve suerte (o desgracia, qué sé yo): encontré otras dos copias en la fan page de un operador denominado Carretera Austral, y una más en su perfil de Google+. Ignoro si ambas empresas pertenecen a los mismos dueños, pero al menos vi que funcionan en el mismo lugar físico (https://www.facebook.com/tourscarreteraaustral/). Se nota que entre ellos no son egoístas y las comparten.
Voy a ser sincero, no me molesta que utilicen una foto mía. Es más, he colaborado con varias páginas relacionadas con la Patagonia o el montañismo, sin esperar nada
que no fuese el simple reconocimiento. Lo que sí enoja -y bastante- es que no pidan autorización para publicarla, que no mencionen al autor, que la usen para fines comerciales, y lo más grave
de todo: que eliminen intencionalmente la firma para
que no queden huellas. Ah, y para rematarla brindan información errónea, ya que una “fan” de facebook quiso saber a qué lugar pertenecía la imagen y no le pegaron ni cerca. Todo
mal.
Muchachos
de Geoturismo Patagonia y Carretera Austral, ojalá consigan muchos clientes gracias a mi foto y a
todas las que publiquen. Si necesitan más, avisen, ya que, por lo visto, a pesar de dedicarse a esto deben "recurrir" a terceros para ilustrar su emprendimiento. Mis datos ya los tienen; están en todos los mensajes que les dejé y no me respondieron. Si algún día llego a caer de visita por ahí, aunque sea invítenme
una cervecita. Con una pichanga, si les da el presupuesto.
Foto original, aparecida en este blog (Las pasarelas del Fin del Mundo).
Obsérvese que están mis iniciales.
Página oficial de la empresa. No figura el autor y han rebanado mis iniciales.
Foto de facebook. No sólo faltan mis iniciales sino que arriba le estamparon el link de la empresa. Si lo hacemos, lo hacemos bien, habrán pensado.
Foto de facebook. A una "fan" le responden que la imagen pertenece al valle del río Murta, cuando en realidad se trata del camino que une Cochrane con Puerto Yungay. Cero en geografía.
Foto de facebook festejando el millón no sé cuánto de visitas. Soy un desagradecido; me tendría que poner contento que tanta gente haya podido admirar mi foto. Bueno... excepto por un pequeño detalle: nadie sabía que era mía (algunos ahora lo saben).
Mi imagen ilustrando su perfil de Google+. En resumen, estos muchachos nos dan un acabado ejemplo de cómo sacarle el jugo a una foto. Y sin invertir un mango.
Comentarios
Saludos y gracias por pasar.