Clásicas y también modernas

Parafraseando al célebre tango “Balada para un loco”, se podría decir que las montañas de Bariloche tienen ese qué sé yo, ¿viste? Es que se aproxima el verano, llega la hora de dirigir la mirada hacia la Patagonia, y esa decena de cumbres, lagunas y valles se convierte en un imán irresistible. Uno vuelve y vuelve...
Esta vez el desafío era conocido, pero ubicado en el tiempo quedaba bastante lejano. Se trataba de lugares visitados hace ya más de 15 ó 20 años, cuando recién arrancaba con esto de cargar una mochila. Y venía muy bien volver a disfrutarlos. Ya con algo más de experiencia y conocimientos, aunque la montaña siempre sorprenda. Resumiendo, la idea era realizar la popular(1) travesía entre el refugio Emilio Frey y el San Martín -o Jakob(2)-, y posteriormente ascender hasta el refugio Meiling, en el cerro Tronador. Caminatas clásicas y a la vez modernas, ya que hoy los senderos están mejorados y los refugios cuentan con servicios que, entre otras cosas, incluyen cava de vinos y menús gourmet. Aquí van algunas imágenes de aquella experiencia.
 
 
Refugio Emilio Frey, ubicado a orillas de la laguna Toncek, en el sector sur del cerro Catedral. El sendero arranca en la playa de estacionamiento del centro de esquí, y a partir de allí son unas 4 o 5 horas de trepada moderada. Además de alojamiento, éste y todos los refugios de Bariloche ofrecen desayuno, cena y la posibilidad de cocinar comida propia. También es posible acampar en los alrededores. Las agujas de granito que rodean a la laguna son un paraíso para la escalada en roca, lo que congrega a deportistas venidos de todas partes del mundo. Los pocos escaladores que compartían el refugio con nosotros nos abrumaban con su vocabulario técnico: “yo subí un diedro”, “yo una pared 6 b(3), “yo abrí una 7 a”, “yo equipé una 5 b”, “yo una 4 +” Se da en todos los deportes, je.

 
Amanecer en la laguna Toncek. Al fondo se ven algunas de las agujas.

 
Refugio Frey y laguna Toncek. El sendero hacia el refugio San Martín arranca pegado a la orilla derecha de la laguna, y al llegar al extremo opuesto comienza a ganar altura en esa misma dirección en busca del filo del Catedral.

 
Laguna Schmoll, ubicada a una hora del Frey. Desde aquí hasta el filo del Catedral hay otra hora más de trepada por piedra bastante firme.

 
Valle del arroyo Rucaco desde el filo del Catedral. El sendero desciende hasta los bosques que se ven abajo y vuelve a subir en busca del cordón que aparece arriba y a la izquierda. El cerro que ocupa el centro de la imagen es el Tres Reyes. La bajada al valle es complicada pero no tanto como la que nos esperaría en la foto que sigue a continuación. Importante: en este lugar hay señal de celular (obviamente para una emergencia, no para subir selfies a facebook).

 
Laguna Jakob tomada desde el cordón mencionado en la foto de arriba. El valle que atraviesa la imagen pertenece al arroyo Casa de Piedra y el cerro que aparece en el centro es el Inocentes. El refugio está ubicado en la piedra oscura que se aprecia sobre la orilla derecha de la laguna. La bajada es MORTAL, así con mayúsculas. Todo está suelto y la gradiente es alta. Consejo: para llegar abajo sin magullones ni el "orgullo" destruido es casi obligatorio conservar la paciencia y alcanzar niveles de concentración oriental.

 
Laguna de los Témpanos, ubicada a unos 45 minutos de marcha tranquila desde el refugio San Martín.

 
Valle del arroyo Casalata fotografiado desde el paso Schweitzer. Este paso está ubicado más allá de la laguna de los Témpanos y es divisoria continental de aguas. Es decir, el Casalata desagua en el lago Mascardi, que pertenece a la cuenca del Océano Pacífico, y  la laguna Jakob en el Nahuel Huapi, tributario del Atlántico.

 
Playa natural de piedras en la laguna Jakob.

 
Laguna Jakob y refugio San Martín. Al fondo se ven el paso Schweitzer y el cerro Cuernos del Diablo. A partir de aquí teníamos dos opciones. Una de ellas era extremadamente aventurera y consistía en marchar hacia la laguna Negra desfilando por paredones, filos y pedreros. La otra, más tranquila, significaba regresar a Bariloche a través del largo sendero hacia la ruta. Optamos por la segunda, ya que nos esperaba el Otto Meiling, en el Tronador.

 
Glaciares Manso y Castaño Overo, en el cerro Tronador. La subida al refugio Otto Meiling se realiza desde Pampa Linda y demanda entre 4 y 6 horas según el ritmo de marcha. Durante una primera etapa se sube por un camino para coches de pendiente casi nula, luego se gana rápidamente altura por un caracol empinado, y finalmente se trepa moderadamente por la roca.

 
Parte del glaciar Alerce. En el centro se ve el cerro Constitución, y a su derecha y bien lejos los cerros López y Negro.

 
Panorámica del glaciar Castaño Overo y de la cumbre del Tronador.

 
Refugio Otto Meiling y detrás los picos Internacional y Argentino del Tronador. Aquí también existen dos opciones a la hora de continuar viaje. Una de ellas es retornar a Pampa Linda por el mismo camino, y la otra es cruzar el glaciar Alerce y aterrizar en el refugio Rocca, ubicado en el Paso de las Nubes(4). En este último lugar también se abren otras dos variantes: volver a Pampa Linda o continuar hacia Puerto Blest.
 
 
(1) Popular en el ambiente de caminantes y montañistas, se entiende.
(2) "Jakob" es el nombre de la laguna a orillas de la cual está el refugio y con el que también se lo conoce vulgarmente.
(3) Clasificación de la dificultad de las paredes.
(4) Esta travesía se realiza con la compañía de un guía, ya que implica caminar encordados y calzados con grampones.

Comentarios

Unknown dijo…
Vuelvo a leer tus relatos y son súper inspiradores. Gracias
Gracias, Patricia!
A seguir escribiendo, entonces.

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